sábado, 5 de enero de 2008

Año nuevo, blog nuevo

Acaba la Navidad, llegan las rebajas, la cuesta de enero, los kilos de más y año nuevecito por delante y, después de enfrentarnos a la báscula decimos: mieeeerrrrda, otra vez he engordado, de este año no pasa, voy a adelgazar, apuntarme el gimnasio y así luciré tipín en verano.
Ése es el propósito típico de año nuevo, pero hay otros: dejar de fumar, aprender un nuevo idioma, echarse novio/a, más sexo, sacarse el carnet de conducir, conseguir un aumento de sueldo, un viaje de aventura rollo mochilero que dure por lo menos un mes...

Pero la realidad es:

El 25% de los propósitos de año nuevo se abandonan antes de los tres meses.

Sólo el 12% de la gente cumple alguno de sus propósitos.

El propósito más difícil es dejar de fumar, donde fracasan el 75% de los que lo intentan.

Y todo esto no me lo he inventado con la intención de amargaros la existencia. No, no, no. A quien tenéis que culpar es a unos científicos británicos de la universidad de Hertfordshire que han realizado la estadística pertinente, pero que también tienen tres reglas de oro para ayudarnos a cumplir los propósitos. A saber:

1. Marcarse metas concretas y prometerse un premio si se consigue el propósito deseado. Por ejemplo, en vez de decir "este año me apuntaré al gimnasio", decir "este año me apuntaré al polideportivo que hay frente a mi casa e iré a las clases de aerobic que hay martes y jueves de siete a ocho" y cuando sales de la primera clase te comes una chocolatina para premiarte (aunque igual esto último contradice al propósito...)

2. Formular en voz alta aquellos aspectos que quiera cambiar. (a mí esta regla de oro me parece una grandísima chorrada)

3. Manifestar sus planes a familiares y amigos para sentirse más presionado a la hora de cumplir sus objetivos. Esto es verdad que funciona, yo siempre lo he usado para hacer cosas fastidiosas del tipo de ir al dentista o a la peluquería, si se lo cuentas a todo el mundo te ves obligado a hacerlo.

Además de estudiar todo esto, los científicos de Hertfordshire también han descubierto que los hombres tienen un 22% más de posibilidades de cumplir sus deseos si se marcan metas concretas ¿Por qué? Porque, y aquí cito textualmente al doctor Wiseman, "el exceso de orgullo propio del carácter masculino conduce a los hombres a abrazar expectativas poco realistas. Por eso una simplificación de los objetivos les ayuda a maximizar sus opciones de éxito». Que conste que lo dice el doctor Wiseman, no yo.

El caso es que me voy a aplicar el cuento. Mi propósito de año nuevo, en plan realista, concreto y público es: un blog nuevo. La cosa no va a cambiar mucho, es más, la dirección es prácticamente la misma: http://www.nuestroprimercortochispas.blogspot.com/, pero más sencilla y, eso sí, ahora puedo enlazar a otras páginas cosa que por algún motivo desconocido, no podía hacer en este blog.

Mientras me como unos doritos como premio por haber cumplido el primer propósito del año, os espero en la nueva dirección. Y vosotros, ¿qué propósitos tenéis? ¿Alguna vez habéis cumplido alguno?

jueves, 20 de diciembre de 2007

Estas navidades, regale un niño

Hace unas cuantas navidades, con unas amigas a las que en plan tomatil llamaré B.I. y E.M. hablamos de negocios con futuro. Puede parecer una conversación absurda, pero siendo guionistas es algo muy práctico. B.I. quería comprarse un carrito parecido al que llevan los heladeros en las películas americanas de los 50 y vender zumos de zanahoria en la playa de la Concha, porque como allí casi nunca hace sol, el zumo ayudaría a conseguir bronceado. E.M. quería alquilar celebraciones de Navidad a turistas, es decir, enseñar a los japoneses qué es el turrón, cómo usar una zambomba, etc. A mí me parece que la mejor idea era la de B.I., pero la segunda tenía su aquel. Es más, E.M. también quería patentar un servicio de alquiler de amigos para todas esas noches en las que te apetecía ir a tomarte una cerveza y no tenías con quién.

En el fondo E.M. no iba tan desencaminada y creo que para estas fechas que se avecinan lo que hay que patentar es un servicio de alquiler de niños. Sólo con niños (y cuanto más pequeños mejor) las Navidades son esa fecha mágica y llena de ilusión que venden los anuncios. Para los adultos, la fecha mágica y llena de ilusión no es la Nochebuena ni Reyes, sino el día del sorteo de la lotería. Sin embargo la mente de los niños está formándose. Conceptos como la realidad, la lógica o el sentido común están ahí pero todavía pesan menos que las ganas de que las cosas sean como uno verdaderamente quiere. Vamos, que cualquier niño tiene la suficiente inteligencia como para darse cuenta de que ningún señor, y menos si es un anciano y tiene sobrepeso, puede regalar juguetes a los niños de todo un país, en sólo una noche. Pero el niño decide, un poco por inconsciencia y otro poco por cabezonería, que es una fantasía estupenda y que él lo que quiere es regalos y si esos regalos llegan a su casa envueltos en misterio, mucho mejor.



Esta monada es Roger (léase Rullé) Princep, el niño actor de la película que se va a llevar todos los goya este año: "El orfanato". Vi a Roger/Rullé en la tele hace poco, los periodistas fueron a entrevistarle a su clase de teatro y Roger o Rullé demostró que él también, pese a ser actor y ya medio famoso, todavía conserva esa lógica ilógica infantil. Le preguntaron qué quería ser de mayor y Roger contestó que actor o profesor de delfines, como los del zoo.

Roger es catalán y seguro que hasta hace bien poco a su casa en Nochebuena no iba Papá Noel, sino el Cagatió, o Tió de Nadal. El Cagatió es un tronco de madera al que se le pintan una cara sonriente y unos ojitos, se le plantan unas patitas de madera en la base y el conjunto se completa con una barretina. Así contado es probable que muchos no os creáis nada. Aquí va una foto:

Unos días antes de Nochebuena los padres compran un tió de Nadal en un puestecillo de esos donde si quieres también puedes comprar musgo para el belén, un matasuegras, una peluca lila o un gorro con forma de alce, que este año al menos es lo que está arrasando en los puestos de la Plaza Mayor. Durante los siguientes días el niño alimentará al tió a base de leche y galletas que los padres se comerán cuando el niño no mire para que piense, con toda la lógica del mundo, que las galletas se las ha comido ese tronco con ojos y boca pintados, y que además lleba una barretina en la cabeza. Pero lo mejor está por llegar: la noche de Nochebuena, después de la cena, todos los familiares rodean al cagatió, lo cubren con una manta, dan un palo enorme al niño y éste pega una paliza de campeonato al tió mientras se canta esta canción:

Caga tió
ametlles i torró -almendras y turrón-
no caguis arangades -no cagues arengues-
que són massa salades -que son demasiado salados-
caga torrons -caga turrones-
que són més bons -que son más buenos-
Caga tió
ametlles i torró -almendras y turrón-
si no vols cagar -si no quieres cagar-
et donaré un cop de bastó -te daré un golpe de bastón-
¡Caga tió!

Acabada la somanta de palos los adultos apagan la luz, la vuelven a encender, levantan la manta y ¡sorpresa! los regalos están bajo la manta.

Yo al menos, después de haber presenciado el Cagatió con mis tíos y primos, ya no veo la Nochebuena igual, las cenas, por muchos langostinos que tengan, no son suficiente, quiero surrealismo y niños dispuestos a creerse lo que sea. En el Cagatió que yo vi, mi primo Guillem, que entonces sólo tenía cuatro años, pegó tal paliza al tió que saltaron astillas de él. Pero mereció la pena porque el tronquito cagó toda una granja de Famobil.

Tengáis niños cerca o no, os deprima profundamente o no, tengáis grandes planes o no, negocios de futuro tan brillantes como el mío o no, sea lo que sea, de todas formas: FELIZ NAVIDAD

jueves, 6 de diciembre de 2007

Corrupción en Miami

¿Os acordáis de Corrupción en Miami? Don Johnson y un actor negro del que nunca más se supo la protagonizaban; era la típica serie policíaca repleta de acción, persecuciones y glamour. El único componente original de la serie era la ciudad de Miami. Porque sólo en Miami Don Johnson podía vivir en un velero con la compañía de un caimán. Y porque gracias a estar ambientada en Miami la serie tenía una única mezcla entre latino y anglosajón, sol, playa y asesinato que la convertían en un producto de éxito.

Pero en cuanto a la otra palabra del título: "corrupción", en la serie había más bien poca. Los malos eran malos y los buenos detenían a los malos. Y punto.

Aquello eran los 80. Hoy nadie piensa que Don Johnson en sus eternos trajes de lino blanco sea glamouroso. El tiempo pasa, y en televisión más aún. Lo único que no ha envejecido de Corrupción en Miami es su sintonía de Jan Hammer. Es oírla y teletransportarte al 88.



Estoy enganchada a dos series, también ambientadas en Miami, pero cuyo tema no es tanto la ciudad en sí, como la corrupción. Hablo de Nip/Tuck y Dexter.

Miami, esa Marbella desaforada, está llena de nuevos ricos, de estrellas de vacaciones y de gente deseosa de ver y ser vista. Es el paraíso de la cirugía estética y los doctores Troy y Macnamara son los mejores de la ciudad. Nip/Tuck habla de la búsqueda de la perfección, pero siempre la perfección ortopédica que se consigue con colágeno, hilo de oro, cortando de aquí y poniendo allá. Por Nip/Tuck desfilan modelos bellísimas que no quieren ser sólo un 8, sino un 10; millonarios adictos al bisturí; bellezas mayores de 60 que no soportan haber dejado de excitar a los hombres y un largo etcétera de obsesos por la eterna juventud.

Al igual que Corrupción en Miami Nip/Tuck la protagonizan por dos hombres, amigos y socios. Pero su relación es infinitamente más compleja que la de Tubbs y Crockett. Troy y Macnamara se admiran, se complementan, saben que son el equipo perfecto, pero también se envidian. Christian Troy es un soltero de oro, avasallador, vividor cuasiexistencialista, que admite ser feliz sólo en el instante del orgasmo. Sean Macnamara un padre de una familia aparentemente perfecta, responsable, inseguro y paralizado por sus miedos. Christian envidia la familia y la estabilidad de Sean. Sean admira la libertad y la seguridad de Christian. Pero, sobre todo, se quieren. No recuerdo una relación de amistad entre hombres en ninguna serie de televisión tan compleja, tan realista y a la vez tan divertida. Nip/Tuck se atreve con todo, y a veces también se pasa, roza el absurdo, cae en el morbo gratuito, hay capítulos irregulares pero, hacedme caso, merece la pena.

Dexter también es un tipo corrupto. Policía, atlético y anglosajón como Sony Crockett... pero psicópata. La intro de la serie promete convertirse en un clásico al igual que la de Corrupción en Miami. Miradla, nunca prepararse un desayuno había resultado tan perturbador:


Cuando Dexter es niño su padre nota su irrefrenable gusto por el asesinato, y visto que la tendencia no se va, como el acné, pasada la adolescencia, decide darle unas instrucciones para que no acabe en la silla eléctrica. El código en el que le educan permite a Dexter llevar una perfecta doble vida, parece un tipo afable y encantador, pero asesina, descuartiza y (gracias a un velero muy similar al que tenía Sony Crockett) esconde los cadáveres.

Hay que ver Dexter aunque sólo sea por la interpretación de su protagonista, Michael C. Hall. Su forma de moverse, de contenerse y de disimular son sutiles y perfectas. Su rostro es capaz de expresar la continua contradicción en la que vive su personaje. Debería estudiarse su trabajo en cualquier escuela de interpretación. Pero es que, además, Dexter está increíblemente bien rodada, muestra un Miami de postal, siempre soleado y listo para ser fotografiado y en ese aparente paraíso es donde Dexter mata.

Al igual que Nip/Tuck, Dexter tiene baches. Su personaje principal es tan poderoso que los demás palidecen en comparación, hay subtramas previsibles y capítulos irregulares pero, insisto, merece la pena.

Por si acaso todavía no estáis convencidos, aquí van tres motivos para ver las series:


Os presento al doctor Macnamara (Dylan Walsh), el doctor Troy (Julian Mc Mahon) y a Dexter Morgan (Michael C. Hall). Tres grandes actores y, a la vista está, tres pedazo de hombres. ¿Cuál os gusta más? Yo soy incapaz de decidirme.

jueves, 22 de noviembre de 2007

El helicóptero






¿Qué sucede aquí? ¿Es esto una errata? ¿Un haiku? ¿Soy fan del escritor Kenzaburo Oé? No. Esto es una celebración, porque "Bichos raros" acaba de ganar el premio a mejor guión en el festival de Alcalá de Henares.


¡¡¡¡Oé!!!!!

Podéis ver el resto del palmarés aquí. Y si sois perezosos podéis leer este resumen: "Padam" se llevó el tercer premio del festival y el galardón a la mejor actriz, Ana Rayo; "Diente por ojo" consiguió el segundo premio del festival, "Tadeo Jones y el sótano maldito" la mejor música y "Traumalogía" todo lo demás.


Cuatro premios, cuatro, se llevó el último corto de Daniel Sánchez Arévalo: mejor actor, primer premio del festival, premio del público y mejor dirección artística. No se llevó el resto de galardones porque estaban reservados a los cortos europeos, que si no...


Muchos de los que leéis este blog, es decir, los colegas, conocéis la teoría del avión. Aquella que dice que si se metiera en un avión (uno modestito, tipo easyjet, no un airbus) a los guionistas de televisión que simultanean tres y hasta cuatro trabajos y ese avión, por un azar del destino o una bomba de un guionista en paro, acabara estrellándose, habría trabajo para tooooooodos los guionistas en paro, licenciados en comunicación audiovisual y estudiantes de las escuelas de cine. Pues bien, en el mundo del corto también existe un avión, bueno, un helicóptero, y quien lo pilota es Daniel Sánchez Arévalo.


Daniel es director y guionista de la película "Azuloscurocasinegro", que fue todo un éxito el año pasado, y ya está preparando la siguiente, todos los que le conocen dicen que es majete, educado, humilde, talentoso y trabajador. Muy trabajador. Tiene en su haber once cortometrajes, y va el tío cachondo y dice en Alcine que quiere seguir haciendo cortos. No, Daniel, no. Para ya. Deja un poquito para los demás. En general todo el que se mete a hacer cortos es con la esperanza de hacer películas y rara vez alguien que haya logrado realizar una película y tener éxito con ella vuelve al corto, a no ser que haya un encargo y un buen cheque detrás. O que sea Daniel Sánchez Arévalo.


Desde aquí, Daniel, y ya que me fui pronto de la fiesta del Alcine porque estaba griposa y afónica y a la cara como mucho sólo te hubiera dicho "felicidades", aprovecho para decirte que frenes. Ten piedad de esos pobres cortometrajistas que no consiguen subvención, ni que el representante del actor de turno les coja el teléfono, ni que un equipo de sonido se comprometa a participar en su corto, gratis, por supuesto. Bájate del helicóptero, anda.


Mientras Daniel nos contesta, os recuerdo que sigue en marcha el miniconcurso de fotos de auténticos bichos raros. Daniel S., que es Sánchez, pero no Sánchez Arévalo (aunque, Daniel, si lees esto y quieres participar, por supuesto que puedes hacerlo, faltaría más) envía esta foto de la gata de su hermana Cris. Muchos ánimos a la gata, que está a dieta, y a Cris, que debe estar agotada de levantar en brazos a esta mole, y arruinada por el pastón que se debe haber dejado en pienso.


Yo no me tumbo, me desparramo.

Y, como siempre, acabo con la lista de selecciones del corto:

Certamen de cortos de humor de Alfaro (La Rioja)

Festival Enkarzine, en Zalla (Bizkaia)

sábado, 3 de noviembre de 2007

Con fabes y sidrina non fai falta gasolina

El pasado fin de semana, ese ser etéreo que nunca escribe en el blog y que responde a laale y yo misma fuimos a Langreo (Asturias) a recoger un premio en el festival Art Nalón. Un amigo también premiado nos llevaba en coche, pero él tenía que estar en Langreo a la una, para acudir a una mesa redonda. Como todos los no conductores sabéis, si alguien te lleva en coche tú dices a todo que sí, y si eso significa levantarse a las siete de la mañana, pues oyes, te levantas.


Después de casi cinco horas en coche, de las cuales casi una consistió en averiguar cuál de las seis rotondas que hay en Langreo es la buena para entrar a la zona de la ciudad en la que nos esperaban, llegamos. La organizadora del festival decide que nosotras también vayamos a esa mesa redonda. Seguimos a la organizadora sin ni siquiera preguntarle de qué iba la mesa redonda, más que nada porque todas nuestras preocupaciones se reducían a: ¿y el baño dónde está? Al salir del baño nos dimos cuenta de que la mesa redonda era en un instituto de imagen, y que nuestro público era un grupo de adolescentes que nos miraban más o menos con estas caras:

De repente me dí cuenta de cómo debía sentirse mi profesor de latín de 2º de BUP al entrar en clase.

Afortunadamente, éramos cinco personas en la mesa redonda y en cuanto un silencio incómodo llegaba, alguien soltaba un rollo, de lo que fuera: que si cómo financiar un corto, que si dónde estudiar cine, que si dónde trabajar cuando salgas de estudiar. Periódicamente alguno de nosotros insistía "si queréis hacer alguna pregunta, de lo que sea..." Y entonces llegaba otro silencio incómodo.

Cuando la mesa redonda acabó algunos profesores se nos acercaron para asegurarnos que no entendían la reacción de sus alumnos. Si en la clase anterior habían estado hablando de la mesa redonda y los profesores les habían obligado a prepararse unas preguntas y todo.


Ya era hora de comer, estábamos desfallecidas por el esfuerzo de hablar tanto sobre la nada y laale (que sólo es etérea en cuanto a blogs se refiere) hasta se zampó unas fabes.


Por la tarde era la entrega de premios, en una minúscula sala donde el público éramos los cinco de la mesa redonda, las chicas de la organización y unos señores desconocidos. Vimos los cortos, los señores se levantaron para darnos los premios porque resultaron ser el concejal, el presentador de la entrega y un miembro del jurado del festival. Nos tocó el premio del público, así que supongo que el día que proyectaron "Bichos raros" había alguien más en la sala. Igual sólo había una persona y gracias a ella nos llevamos el premio. A ti, desconocido votante, muchas gracias.

Después, cenorrio, con su sidra, sus choricitos, pollo, patatas y pixín. Qué descubrimiento el pixín, una receta típicamente asturiana consistente en trozos de rape rebozado tal que así:



Hay un dicho popular que dice "con fabes y sidrina non fai falta gasolina". Con mis respetos a la tradición asturiana, el pixín también debería tener un dicho propio.


Al día siguiente seguimos con la ruta, esta vez sin cortos ni festival, sino directamente a lo gastronómico. De vuelta a Madrid paramos en León y probamos la cecina, unas setas con queso de Valdeón de morirse... Pero no todo fue zampar, también visitamos la catedral de León. Hice unas fotos, pero la verdad, no le hicieron ninguna justicia. Para que os hagáis una idea de lo hermosa, conmovedora y acojonante que es la catedral os cuelgo el anuncio del audi A8. Pensaréis que no tiene ningún sentido ¿un anuncio de coches para convenceros de que visitéis ya la catedral de León?, pero lo entenderéis todo en cuanto sepáis que es el anuncio del síndrome de Stendhal:



Otras cuatro horas más tarde volvimos a Madrid, donde dicen que está el mejor pescado de toda la nación, aunque después de haber probado el pixín, lo dudo. Por cierto, el pixín es rape y el rape, vivo y sin rebozar, es uno de los bichos más raros y feos que existen:
















No es un nido de aliens. Son unos rapes.


Lo que me lleva a recordaros que sigue en marcha el minoconcurso al que podéis enviar todo tipo de bichos raros, ya sean animales (que andan como personas):



Personas (disfrazadas de animales):













E incluso vegetales (que imitan a personas):
Dicen que las plantas crecen más si les pones música clásica de fondo. Aquí un ejemplo de lo que pasa si la música de fondo son los Rolling.


Seguid mandando vuestras fotos, insisto en que las de humanos también sirven. Los tipos de la foto iban al salón del Manga de Barcelona, disfrazados de dos personajes de "La princesa Mononoke". Y yo me pregunto, ¿irían así todo el camino hasta llegar al salón del cómic? ¿Cogieron el metro vestidos de esa guisa? ¿Pagaron un billete o dos?

jueves, 25 de octubre de 2007

El bluff y el tachán

En mis años mozos, aunque todo el mundo sabe que aparento mucha menos edad de la que tengo, un profesor de guión siempre nos decía que las historias e incluso las escenas que forman las historias, deben acabar en punta.


Para los no guionistas traduciré. Acabar en punta equivale al tachán con el que acaban las obras de Beethoven o los números de Juan Tamariz. De acuerdo, Beethoven a veces acaba suavemente, disolviéndose. Pero eso para el guión no sirve, eso en guión es un bluff. Y en guión sólo vale el tachán.



Esto es un puff, que no un bluff.


En jerga guionística de manual esto significa que ninguna escena sobre, que todas hagan avanzar la historia, que se debe sorprender al espectador pero de forma coherente, que el clímax debe resolver la trama, para bien o para mal, pero desde luego siempre de forma intensa. Para los no guionistas: que pasen muchas cosas y el final lo resuelva todo a lo grande.


Pero las reglas del guión la vida se las pasa por el forro. Si yo como analista hiciera un informe sobre la vida, diría que abundan los tiempos muertos, que los perfiles de los personajes se repiten y que hay demasiadas tramas que acaban en bluff.


Un ejemplo.


Hace unas semanas estaba yo en mi casa haciéndome el desayuno, cuando me llaman de Ficción, la productora de Bichos raros, y me cuentan que ese día, en tres horas, cerraban el plazo de presentación de cortos para su selección en... ¡los Goya! Y nosotros todavía no habíamos mandado nada. Así que me envían por correo electrónico toda la información necesaria. La imprimo. Relleno la ficha de inscripción. Cojo una copia en dvd. Cojo todo. Cojo un taxi. Atasco. Llego a Academia. Entrego todo. Y entonces me preguntan: ¿y la copia en 35? Sonrío angelicalmente y le lloro un poco: "es que nos es imposible traerla hoy, la proyectan en un festival, pero el viernes por la mañana sin falta la traemos". Pero al señor de la Academia mi cara angelical se la trae al fresco y me dice que no, que el plazo se acaba a las dos. Y punto.


Esto es un bluff.


Pero entonces me encuentro con un amigo en la puerta de salida de Academia y me aconseja que mande un fax dirigido a la directora y explicándole lo que pasa. Así que: Vuelvo a casa. Esta vez en metro. Busco el mail de la directora de la Academia. Le mando un texto pelota y suplicante. Busco el número de fax. No aparece. Sigo buscando. Aparece. Imprimo copia en papel del mail suplicante. Lo mando por fax.


Y espero al bluff cómodamente sentada en casa.


Un par de horas después me llaman de Ficción para decirme que les había llamado la directora de la Academia y que sí que podíamos llevar la copia en 35 el viernes.


Tachán.


Ha llegado el momento de fantasear: me veo en la gala de los Goya, pienso en qué vestido de los dos que tengo para las bodas me pondré, ¿o quizá me compraré un vestido Hoss Intropia?

Dudaba entre estos dos. El primero, modelo de algodón en color crudo con un suave estampado, es ideal para fiestas de todo tipo e incluso para el día a día. El segundo en seda, color chocolate y favorecedor cuello en pico, sólo para bodas y grandes eventos.

Días después, por casualidad y a través de internet, me entero de que ya han salido la lista de cortos nominados a los Goya. Y "Bichos raros" no está entre ellos.


Esto sí que es un bluff.

Pero es que hasta los cortometrajistas nominados sentirán cierto bluff. Este año la Academia ha decidido trasladar la entrega de premios de los cortos a la ceremonia de los nominados. Así piensan que la gala de los Goya será más ágil cosa que yo no dudo pero, ¿no podrían haber quitado por otro lado?
¿Qué haríais vosotros para mejorar la gala de los Goya?

¿Qué vestido eligiríais?

¿No os encantaría tener un puff, que no un bluff?

¿A qué esperáis para mandar más imágenes de auténticos bichos raros?

miércoles, 17 de octubre de 2007

El mini concurso

Tenéis toda la razón. No puede hacerse un concurso sin premios. O no debería, al menos. Así que aquí está la lista de premios a la que optáis si participáis en el concurso "manda una foto de tu bicho raro favorito":

Un dvd, precioso, con su envoltorio de plástico, su carátula, su making off y sus dos versiones: gallega y castellana, de "Bichos raros".


Pack con todos los regalos de la tienda Yves Rocher que tengo por casa y que incluye: set de manicura, espejo de mano de color lila, mini estuche también lila con mini peine lila en su interior, radio con auriculares (también mini, pero afortunadamente no es lila, sino naranja) y reloj despertador (ni lila ni naranja pero... ¿de qué tamaño? ¡mini!.)

Acceso libre y gratuito a mi memoria portátil. ¡Cómo! ¿que no sabéis qué es una memoria portátil? Os lo explico en plan paleto: es un aparato con capacidad para 300 películas con unos cablecicos para enchufarlo a la tele o al ordenador y así descargar las pelis, borrarlas o verlas como marajá sentaíco en tu sofá. En mi memoria portátil hay varias temporadas de Malcolm in the middle, la primera entera de Héroes, un porrón de capítulos de Expediente X, algunos de Nip/Tuck y Extras y películas a cascoporro.

El primer clasificado podrá elegir entre uno de estos tres fastuosos regalos. El segundo clasificado elegirá entre los dos premios que queden, y el tercero se quedará con lo que sobre.

Y ya tenemos a nuestros primeros concursantes. Escrito Por, el misterioso hombre que escribe un fantástico blog de cine y televisión al que podéis acceder sólo haciendo clic, nos envía una foto del okapi (okapia johnstoni).



Escrito cuenta que el okapi es el pariente vivo más próximo a la jirafa y que se le considera a veces un fósil viviente por su parecido con los primeros jiráfidos que aparecieron en el Mioceno.

Aunque el animal en sí no es tan raro, es más bien un Bambi vestido para Nochevieja, me encanta su descripción como fósil viviente. Es oír las palabras "jiráfidos" y "Mioceno" e inmediatamente pienso en mi adorado Punsi. A quien también podríamos considerar un bicho raro.

Ehhh, oiie, ¿y de esto qué opina la comunidad científica?


Flora, que está lanzada desde que mandó la primera foto del gato gordo, manda dos. Y muy buenas, pardiez:


Denominado por la propia Flora como pulpoelefante, el pulpo con resaca, este bicho raro-de-cojones es en realidad un octópodo del género Grimpoteuthis.



Los biólogos marinos, en plan cariñoso, le llaman "Dumbo octópodo" y vive en las profundidades marinas.


Al siguiente no sé si incluirlo en el concurso, porque me parece que entra más en la categoría de adorable que de raro. Es el loris esbelto. Llamar a esta cosa minúscula esbelto es como decir que Cristina Almeida tiene los huesos anchos. La realidad es que el loris es un mini mono. Seguro que pronto lo regalarán en Yves Rocher con compras superiores a los 15 euros. Eso sí, después de haberlo teñido de lila.

Finalmente, un usuario anónimo nos envía la foto de su perro Flapy. Anónimo quiere permanecer así porque se considera culpable de la obesidad de su mascota. Cuenta, en un mail muy sentido, que todo comenzó cuando Flapy era un cachorro y apoyaba sus patitas en las rodillas de anónimo y gemía y gemía hasta que anónimo consentía en darle su desayuno: galletas con mantequilla y mermelada. Esto se convirtió en costumbre y a la vista están los resultados.

¿Me das una galleta? ¿Me das una galleta? ¿Me das una galleta?

Anónimo afirma que Flapy está adelgazando gracias a una dieta de galletas integrales con margarina y que no nos envía las fotos de Flapy en todo su esplendor por respeto a la dignidad de su perro. Tú verás anónimo, pero con dignidad no se gana el set de Yves Rocher...

Ésta es solo la primera tanda, y espero decenas, qué digo decenas, cientos de fotos. Aunque el miniconcurso tiene ciertas reglas:

NO se admiten fotos de bichos falsos, ya sea porque son mitológicos o hechos a base de photoshop.

SÍ se admiten fotos de personas porque, como dice Punsi "nosotros, los homínidos..." así que somos monos y como tales podemos concursar.

SÍ se admiten y se valoran historias que acompañen a la foto.

Las fotos y sus historias se pueden enviar a esta dirección de correo.

Por último, en noviembre volveremos a Galicia, a Ourense, donde se celebra el festival de cine independiente, Ourencine. El corto se proyectará los días 18 y 20. El lugar y las horas, por confirmar.